lunes, 12 de marzo de 2012
El topo de nariz estrellada (Condylura cristata)
El topo de nariz estrellada (Condylura cristata) es una especie de mamífero soricomorfo, que se distribuye por Norteamérica, especialmente en la costa nordeste de Estados Unidos.
En cuanto a la morfología, los adultos miden de 15 a 20 cm de longitud, pesan 55 g, y poseen 44 dientes. El carácter distintivo del grupo es la presencia de 22 tentáculos rosados, móviles y flexibles al final del hocico. Dichas prolongaciones poseen una gran sensibilidad táctil; tanto en la oscuridad como fuera de ella son esenciales en la captura de gusanos, insectos y crustáceos.
El hábitat del topo de nariz estrellada son las tierras bajas húmedas; se alimenta de pequeños invertebrados, insectos acuáticos, gusanos y moluscos. Es un buen nadador, y puede dispersarse por los cursos de agua aun en contra de la corriente. Como otros topos, puede excavar túneles subterráneos; es común que una de las entradas de éstos sea subacuática. Su patrón de actividad es diurno, con un letargo invernal, época en la que puede perforar la nieve y cursos de agua semicongelados para escapar de las inclemencias del tiempo. No se conoce demasiado sobre la etología de la especie, pero se sospecha que se trata de un animal colonial.
El periodo de reproducción es invernal, alcanzando a veces la primavera temprana: la hembra pare una camada de 4 o 5 crías al final de la primavera o inicio del verano.
Sus depredadores son las rapaces nocturnas, como Bubo virginianus, y diurnas, como Buteo jamaicensis, además de mofetas y mustélidos.
Nariz:
Los tentáculos nasales, de naturaleza sensitiva, están erizados de receptores conocidos como órganos de Eimer. En 1871, fueron descritos por primera vez por el zoólogo alemán Theodor Eimer basándose en el topo europeo. La posesión de dicha estructura sensitiva es común en los topos, aunque el de nariz estrellada es el que los posee en mayor número, debido a que C. cristata es ciego, se sospecha que emplea la nariz para detectar la actividad eléctrica de los animales de presa, si bien no existe una evidencia empírica consistente para dicha aseveración. Parece que la dentición y la modificación nasal de la especie es una adaptación para capturar a presas extraordinariamente pequeñas. Un artículo en Nature, una revista científica de prestigio, indica que este animal es uno de los que más velozmente ingieren a sus presas, con un retardo de tan sólo 120 milisegundos entre cada presa viva deglutida. Su encéfalo decide en tan sólo 8 ms si la presa es comestible o no lo es: dicho tiempo roza la velocidad máxima de transmisión neuronal del impulso nervioso.
La roseta de tentáculos nasales es, por lo tanto, un órgano sensorial que suple los otros sentidos en el hábitat subterráneo y acuático del animal: a modo de los dedos de la mano, su precisión y sensibilidad son máximas.
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