miércoles, 12 de octubre de 2011

El sapo Dorado (Especie Extinta)


El sapo dorado o sapo de Monteverde (Incilius periglenes) era una especie de anfibio anuro que vivió en unos pocos lugares en el bosque de Monteverde, en Costa Rica, en América Central. Está clasificado por la IUCN como extinto. Desde 1989 no se ha visto un sólo espécimen del sapo dorado.

Fueron descritos por primera vez en 1966 por el herpetólogo Jay Savage. Desde 1989, no se ha avistado ni registrado un solo I. periglenes en ninguna parte del mundo, por lo que la especie ha sido clasificada por la UICN como extinta. Su repentina desaparición es citada como parte de la disminución de las poblaciones de anfibios, que pueden ser atribuibles: al cambio climático provocado por el calentamiento global, una epidemia de hongos específicos de anfibios, o de otros factores, combinados o independientes.

Esta especie, que fue descubierta en 1966, sólo habitaba en una pequeña región de gran altitud del bosque nuboso en Monteverde, en un área de aproximadamente 10 km² a 1,5 kilómetros de altura.

Extinción:
Hasta fines de 1994, cinco años después del último avistamiento, los investigadores todavía esperaban que el sapo dorado continuara vivo en refugios subterráneos, de manera similar a otras especies de sapos que tienen ciclos de vida de más de doce años. En el año 2004 la IUCN listó la especie como extinta, después de una evaluación en la que participó Savage, el herpetólogo que había descubierto la especie treinta y ocho años atrás. La declaración de la IUCN se basó en la falta de avistamientos desde 1989 y la falta de resultados positivos de la extensiva búsqueda que se ha llevado a cabo desde entonces.

Tim Flannery describe la extinción del sapo dorado como la primera extinción en Costa Rica debida al calentamiento global, pero esta no es la única explicación acerca de su extinción. Jennifer Neville, de la Northern Ohio Association of Herpetologists, examina las diferentes hipótesis que intentan explicar la extinción del sapo dorado en su artículo "The Case of the Golden Toad: Weather Patterns Lead to Decline". Neville llega a la conclusión de que la hipótesis de la corriente de El Niño está claramente apoyada por los datos disponibles. La IUCN da un número de razones posibles en su descripción de las últimas amenazas a la especie, entre ellas: la limitada área de hábitat del sapo dorado, el calentamiento global, enfermedades como chytridiomycosiscausada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, la polución del aire y Neville también menciona como posibles factores que contribuyeron a la extinción de esta especie: el incremento en la radiación UV-B, hongos o parásitos y bajos niveles de pH.


También es una hipótesis aceptable que las especies invasoras, no nativas de la zona, podrían haber causado la extinción de la especie. Los que apoyan esta teoría afirman que fueron los turistas los principales introductores de estas especies en Costa Rica. En los años anteriores a la extinción de Incilius periglenes, el turismo creció exponencialmente en Costa Rica, impulsado por la nueva estabilidad relativa de su gobierno y la mejora de las relaciones con los Estados Unidos. La introducción de una nueva especie podría haber tenido efectos negativos en las pequeñas poblaciones de sapo dorado. I. periglenes había carecido de variación genética significativa debido a la naturaleza restrictiva de la cría en una misma población.

Fotos de uno de los voluntarios del Cuerpo de Paz, Peter Jude LoPresti prueban la existencia de más de 8 sapos dorados vistos sólo meses antes de su extinción. La teoría de las especies invasoras podría explicar la rapidez de su extinción.

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