sábado, 15 de octubre de 2011
La serpiente de cascabel muda (Lachesis muta) (Las Especies Más Venenosas del Planeta, Las serpientes mas venenosas del mundo)
La serpiente de cascabel muda (Lachesis muta) es una especie de serpiente de la familia Viperidae; es la víbora venenosa más grande de América, y la segunda más grande del mundo (la más grande es la cobra real, Ophiophagus Hannah). Se halla en Sudamérica. Se reconocen dos subespecies.
Además es una de las especies más venenosas. La tasa de mortalidad del las personas mordidas por este reptil es del 20%. Sin embargo evita el contacto con los seres humanos. Es sigilosa y ataca a sus presas durante la noche. Su cuerpo es delgado de color amarillo y con manchas negras. Mide 2,5 m, con el récord de 3,65 m de largo.
En el Mato Grosso, Brasil, se ha documentado que pueden morder a una persona a la altura de la cara, por su gran tamaño, y que incluso pueden morder la pierna de una persona montada a caballo.
Distribución:
Sudamérica, en las selvas ecuatoriales, del este de los Andes: Colombia, este de Ecuador, Perú, norte de Bolivia, este y sur de Venezuela, Guyana, Surinam, Guyana Francesa, norte de Brasil.
La especie también se halla en Panamá y en la isla de Trinidad y Tobago.
Veneno:
Lachesis muta tiene un veneno potente con fuertes efectos proteolíticos. El envenenamiento causa dolor intenso, inflamación, necrosis (a menudo extensos) en el lugar de la mordedura, a veces seguidas por gangrena. En las tierras bajas de Costa Rica y Panamá, las mordeduras de esta especie han tenido históricamente una alta tasa de mortalidad.
Algunos informes sugieren que mientras esta especie produce una gran cantidad de veneno, la potencia del veneno es débil en comparación con otras víboras. Otros, sin embargo, sugieren que estas conclusiones pueden no ser exactas. Estas serpientes se ven seriamente afectadas por el estrés asociado con la vida cautiva, y a menudo no aguantan mucho tiempo en cautiverio. Esto hace que sea difícil de obtener un veneno "bueno y saludable" para fines de estudio. Por ejemplo, Bolaños (1972) observó que el rendimiento de veneno de sus especímenes se redujo de 233 mg a 64 mg mientras permanecían en su cuidado. Se razona que, en la medida de que la tensión de ser ordeñada con regularidad tiene tal efecto sobre el rendimiento de veneno, también puede afectar el grado toxicidad del mismo. Esto puede explicar la disparidad descrita por Hardy y Haad (1998), relativo a la baja toxicidad de laboratorio en comparación con el alto índice de mortalidad de las víctimas de mordeduras.
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